Debo confesar que llevo mas de diez intentos por comenzar a escribir el comentario de hoy. No es que sea lerdo para escribir (cosa comprobada en mis anteriores entradas) sino mas bien tratar de escoger aquellas palabras que reflejen fielmente la indignación y coraje que siento, sin perder de ninguna manera la seriedad y el tacto que pretendo plasmar en este escrito.
La idea central gira en torno a una criatura de pelaje blanco y largo como oveja y una nariz negra y redonda.
Un can como este puede encontrarse en cada casa de la ciudad; algunos con moños y sweaters confeccionados especificamente para ellos y que viven en pequeñas casitas hechas a su medida. O bien, viviendo en cualquier rincón, sucios y hambrientos, expuestos a un atropellamiento... o algo peor.
Si señor, podemos ver muchos de estos animales diariamente, pero al can al que me refiero en este escrito, ya no se le puede ver.
Pereció, y no precisamente de viejo, ni atropellado por un auto (pues intuyo que era un perro sin dueño), sino mas bien por acción de otro tipo de criaturas a las que no me atrevo a llamar humanos.
Sucede que (basando la mayoría de mi relato en un comentario por una persona dentro de mi circulo de amigos en mi red social), este inocente animalito murió por esa herramienta a la que se llama "inyección letal", y sin embargo, no me indigna este hecho, sino el que desencadenó que al pobre animal se le hiciera necesario recibirla. Y esque fueron estudiantes universitarios de la Universidad Autonoma de Chihuahua los que momentos antes lo lanzaron de un segundo piso haciendo con esto que el pobre perrito se rompiera muchos de sus huesos en la caída y que la mejor opción disponible fuera simplemente darle muerte.
No quiero imaginar lo que una criatura viva de medio metro de altura y menos de veinte kilos de peso siente al caer de un segundo piso rompiendose las extremidades de sus patitas y fracturandose muchos otros huesos de su cuerpo solo por causar diversiòn a un grupo de jovenes de mentes retorcidas que no tenìan nada mas que hacer.
Es hiriente de igual manera tratar de imaginar las circunstancias que hicieron que el inocente animal se acercara a ese grupo de bestias desalmadas, para ser luego ser cvapturado y lanzado desde una altura de alrededor de cinco metros.
Posible hubo sido que le ofrecieran comida utilizando como señuelo el hambre que lo dominaba, o teniendo el descaro de fingir empatía por la pequeña bestia, que tal vez cometiò el error de acercarse incauta, confiada y meneando la cola amigablemente, comportamiento que criaturas como ella no saben fingir, a diferencia de esas que se jactan de ser inteligentes.
¿Cual fue la recompensa a esa acción de confianza y amistad que el pequeño animal pudo sentir?. Simplemente ser lanzado desde dos pisos de altura para morir momentos después por la acción de una inyecciòn en la perrera municipal al ver que sus fracturas eran demasiadas como para ser curadas.
¿Los responsables tienen verguenza?
No sabría decirlo, porque cada persona siente cosas distintas ante los mismos estimulos.
¿Y la sociedad?
Las respuestas son variadas, y sorprendentemente hay algunas que responden con comentarios que dicen que "Miles de perros mueren diariamente de hambre y es mas feo!! Y no hacen un escandalo!" en vez de usar la logica para aprender a distinguir que no es lo mismo morir de hambre que ser asesinado para divertir a unos cuantos.
Yo por mi parte siento algo frìo al recordar la foto del animal aún vivo sentado sobre sus patas traseras incapaz de caminar, y no quiero siquiera sentir empatía por el pequeño can, pues eso equivaldría a sufrir los dolores que él sufrió al verse indefenso y proximo a su inevitable fin. Puedo agregar, por otra parte, que es extraño que el asesinar a un ser humano se castigue con carcel, mientras que el asesinar a un can solo se castigue con ser expulsado de la universidad y sometido a una sesiòn psicologica. No obstante la vida no suele ser justa y claramente se puede ver que la vida de un animal no es valiosa, no tanto como para dejar de decir estupideces del tipo: "miles de animales mueren peor que ese y nadie hace escandalo".
Para dar fin a este escrito simplemente adjunto una foto del animalito que me motivò a escribir esta entrada y dejando una pregunta al aire:
¿Es acaso la vida de esta criatura algo tan carente de valor?
Pobrecito monin. En serio que yo hasta mataba a esos tipos a golpes. Malditos sinverguenzas. Pero se que mi Dios hara que esos perversos se mueran de miedo y horror al presenciar su fin por haber cometido este acto tan lamentable.
ResponderEliminarMe siento contristado, y a la vez con mucho coraje, por eso... tratemos bien a todos los animales!!!
excelente escrito, ojalá sirva para sensibilizar a la gente acerca de los derecho de los animales
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